COLUMNA GÉNERO MUJER 18-10-2011

EL SEÑOR DEL TAXI

La situación de violencia en que vivimos es el tema para los buenos  o malos días y las buenas o malas  noches. Todo el mundo comenta los casos que le tocan  más de  cerca o  aquellos  que destaca  la prensa y por razones  personales o no, recordamos como ejemplo trágico   de lo que ocurre a diario.

El señor del taxi hablaba de hechos violentos recientes   que parecía recordar con bastante exactitud;  seguramente  la repetición del tema  con su clientela le habrá dado esta posibilidad, sin descartar su sensibilidad y preocupación.

En el transcurso de sus relatos incluyó su visión acerca de la violencia que  “ahora ejercen las mujeres contra los hombres”.  El conocía un hombre maltratado y resaltaba este hecho como parte de la torcedura social, sin abarcar la realidad de la violencia contra las mujeres. Este punto no lo dominaba bien, podríamos decir que hasta lo desconocía.

La cuestión  es que se iba definiendo  y llegó a decir que la ley no protege por igual a hombres y mujeres  y que  ellos  son considerados siempre como agresores.

Este tema es, ahora, un discurso bastante común, a partir de la creación de leyes que protegen a las mujeres de la violencia machista. En cualquier exposición o taller  para contrastar las cifras de violencia contra las mujeres,  siempre alguien,   “un  o una”,   que dice conocer  a una víctima masculina. Independientemente de la veracidad ,  ¿ la intención podría ser un   intento  para  decir   nuevamente que “eso” de la violencia  contra las mujeres no es un asunto cultural reflejo de  la desigualdad y de  la dominación  de siglos,  sino   una cuestión de carácter?

¿La violencia ejercida sobre las mujeres  no es la señal más inequívoca  del ejercicio brutal del machismo todavía existente en nuestras sociedades?

¿Qué clase de sociedad tenemos que aún no permite-  a una gran parte de ella –  poder asimilar  o darse cuenta  de   la dominación y de la desigualdad?  ¿Hay  intereses perversos para que la fuerza de la costumbre sobrepase y oculte la realidad  y de esa manera se pueda  mantener el sistema de relaciones hombre-mujer,   a pesar de  las 13 venezolanas que semanalmente  son asesinadas por sus parejas o ex parejas y de los cientos de denuncias por malos tratos?

La formación en igualdad es básica en todos los ámbitos. Y volvemos a nombrar el sistema educativo, la familia   y los medios de comunicación  como las  principales instancias  llamadas a actuar decididamente  para la construcción de una sociedad de iguales y sin violencia.

La construcción social  de la masculinidad es un tema pospuesto a pesar de la violencia en el país y en el mundo. Siempre se encuentra la manera de girar sobre lo mismo aun con discursos que parecen nuevos,  pero que no tocan ni los lados y mucho menos el fondo.  Una mirada crítica y profunda puede abrir los caminos para  generar un nuevo paradigma social. El camino es largo y los atajos y simulaciones son aceptadas con  el aire de lo  moderno, de que el pasado quedo atrás.

OLOR A IMPUNIDAD

Adriana Paola Bracamonte tenía 26 años . Habría sido torturada, golpeada y lanzada al vacío. Como autor de su asesinato fue señalado su concubino José Teodosio García Sánchez, de 47 años quien dijo que la mujer se había suicidado. Eso fue en la finca La Marqueseña, en la vía a Orope, Táchira

El cadáver de la mujer fue exhumado el 6 de enero de 2011 y arrojó “Politraumatismo generalizado y traumatismo cráneo encefálico severo fractura de cráneo”. La fiscalía imputa a García Sánchez, quien queda detenido por homicidio intencional calificado, que tiene pena hasta de 30 años de prisión.

Pero el 12 de agosto, el juez octavo de control Eliseo Padrón Hidalgo, le dio una cautelar sustitutiva y lo dejó en libertad para que se presentara cada 15 días.  El  único imputado, quien  habría golpeado y matado a su mujer, puede irse a su casa y presentarse cada 15 días ante el juez, si es que no decide  pasar la frontera y asunto concluido.

La impunidad es una gran aliada de la violencia.   La causa penal es la: 8C-SP-P-2011- 002208.

Fuente: http://quintodia.net/sebastiana-sin-secretos/385/las-alcabalas-de-la-frontera

Saquemos la cuenta

El 47,3% de las mujeres de 15 a 49 años utilizan anticonceptivos, mientras que el porcentaje es de sólo el 10,6% en el grupo de mujeres de 15 a 19 años.

Saber que los anticonceptivos existen no significa que los vamos a usar.  Tener relaciones solo una vez, no pasa nada, lo dicen chicas y chicos.  En efecto,  9   de cada 10 adolescentes sexualmente activos, no usan anticonceptivos a pesar de  que cuando se les pregunta dicen que si conocen  la información.

En América Latina los embarazos  tempranos    truncan  los sueños y los proyectos de vida especialmente  a  las niñas venezolanas, nicaragüenses y  hondureñas.

Un país con altos porcentajes de embarazo precoz tiene que revisar profundamente el sistema educativo, el sistema de salud,  la cultura   machista, la responsabilidad social de la ciudadanía… casi todo…

El  50% de las adolescentes se inicia sexualmente antes de los 19 años y 10% antes de los 15 años de edad.

El embarazo en la adolescencia tiene riesgos a nivel psicológico, familiar y social.  Las adolescentes y jóvenes embarazadas tienden a abandonar los estudios, porque les da vergüenza o por presión  en el colegio  o  de la familia.  Por tanto tendrán menos oportunidades para  mejorar su calidad de vida.

La mayoría  no cuenta con el apoyo de la pareja ni de la familia, un  asunto  que las  expone a un nuevo embarazo

Mientras no exista conciencia de la necesidad de protección en todas las relaciones sexuales, existen muchos riesgos, entre ellos:   un embarazo no planificado,   infecciones de transmisión sexual como el VIH, el virus del papiloma humano y la hepatitis B, entre otros

Artículo 50. Salud Sexual y Reproductiva

“Todos los niños (sic) y adolescentes tienen derecho a ser informados y educados, de acuerdo a su desarrollo, en salud sexual y reproductiva para una conducta sexual y una maternidad y paternidad responsable, sana, voluntaria y sin riesgos.

El Estado, con la activa participación de la sociedad, debe garantizar servicios y programas de atención de salud sexual y reproductiva a todos los niños (sic)  y adolescentes. Estos servicios y programas deben ser accesibles económicamente, confidenciales, resguardar el derecho a la vida privada de los niños (sic)  y adolescentes y respetar su libre consentimiento, basado en una información oportuna y veraz. Los adolescentes mayores de 14 años de edad tienen derecho a solicitar por sí mismos y a recibir servicios.”

LEY ORGANICA PARA LA PROTECCION DEL NIÑO (SIC) Y  DEL ADOLESCENTE (LOPNA)